Pictus se presenta como una editorial con impronta propia
"La definición de LIJ tiene que ver con los intereses y las capacidades del lector, donde el tratamiento gráfico de la obra es muy importante porque expulsa al libro del concepto de serie y lo revitaliza", resume a la agencia de noticias Télam el santafesino Guillermo Hohn, editor del sello que optó por Eugenia Nobati, Max Fiumara, Anita Morras, Alex Dukal y Carolina Farías entre quienes con sus dibujos aportan una mirada actual de cada texto.
"La idea es hallar obras que atrapen a jóvenes y adultos", dice Hohn, profesor de literatura y uno de los responsables de la editorial, creada en 2007 pensando en los lectores jóvenes.
¿Qué es la literatura juvenil? Una definición caprichosa que en Pictus decidieron interpretar "hacia arriba", afirma Hohn: "A veces padres, maestros y libreros, por comodidad, buscan que uno diga `esto es para tal o cual edad`, pero se trata de una proyección incierta", explica.
"Uno nunca sabe cuál es el lector, a lo mejor un chico de 12 se engancha con Jim, Jam y el otro (compilación editorial de Max Aguirre); y aunque pueda no captar del todo los chistes de pareja está muy bueno que se den distintos niveles de lectura; y lo mismo al revés: historietas de niños que a un adulto le pueden fascinar, son límites difusos", insiste el editor.
"Conozco chicos de segundo grado que están leyendo El señor de los anillos, de J.R Tolkien, y no sabés si a esa edad llegarán a entender más allá de la anécdota, pero no importa", porque así es como uno aprende a disfrutar de la lectura y a comprender textos, añade desde su experiencia docente.
En algunos casos la editorial hace caminos inversos: "No proponemos libros escritos para jóvenes, sino que buscamos obras importantes que puedan interesarle tanto a un lector adolescente como a uno adulto".
"Uno cumple los 13 y ya no quiere leer cosas de chicos, hay obras que por su calidad y temática funcionan para todas las edades", asevera y pone de ejemplo El planeta de los simios, el clásico de ciencia ficción (CiFi) del francés Pierre Boulle.
El libro que Franklin Schaffner llevó al cine en 1967 y que en 2001 contó con una remake de Tim Burton, recobra renovado vigor con la traducción e ilustraciones locales que Pictus añadió en su última edición.
Lo interesante de la CiFi, señala Hohn, "es que trae esa idea de cuestionar la naturaleza de las cosas, de pensar al mundo y al universo desde otro lado, eso de `qué pasaría si`".
"Nuestra elección editorial está condicionada por la alta calidad literaria y la fuerza de un contenido que tiene que mantener su vigencia", remarca el editor.
Así Guillermo Tell -héroe legendario de la independencia suiza que Schiller (1759-1805) convirtió en un clásico del romanticismo alemán con la obra que lleva su nombre, exaltando el amor paternal y la lucha por la justicia- llegó a Pictus traducida directamente del alemán.
Mientras que los lectores cuentan con una novísima traducción de El inspector, comedia negra de Gógol sobre la corrupción y la burocracia de la Rusia zarista: "En obras como ésta se mezcla la literatura que no fue hecha para jóvenes con la capacidad de despertar un gran interés en ellos por su contenido rico y actual", subraya Hohn.
En este marco, también reeditaron -totalmente ilustrados- los Cuentos de la selva, de Horacio Quiroga (1878-1937), y Mowgli, adaptación de Los cuentos de la selva del indobritánico Rudyard Kipling (1865-1936), protagonizada por el niño que en 1967 llevó a la pantalla grande Walt Disney.
"A todos estos libros podés leerlos a los 50 o a los ocho que te van a interesar igual, cosa que a veces no pasa con los textos pensados para edades determinadas -asevera Hohn-, carecen de una prosa que los sostenga, de la complejidad de Balzac o la densidad del Lovecraft", todas propuestas de su editorial.
Asimismo, escritores clásicos conviven con contemporáneos como Lene Kaaberbol, autora de El portal de la sombra -aventura en clave fantasy que atrapa a teenagers y veinteañeros- delineando un mapa "que logra combinar las demandas escolares con la buena literatura", concluye Hohn.