Destacan a proyectos santafesinos en Vivalectura 2019

Los premios Vivalectura reconocieron la tarea de 20 iniciativas educativas, de las cuales 4 son de la provincia de Santa Fe. La ceremonia fue realizada en el marco de la 45 Feria Internacional del Libro de
Buenos Aires.
El acto contó con la presencia de representantes del Ministerio de Educación de la Nación; la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI); y la Fundación Santillana.
El galardón es organizado por el ministerio de Educación junto con la Fundación Santillana. Desde 2007, el concurso tiene como fin estimular y reconocer las experiencias más destacadas en materia de promoción de la lectura a nivel nacional.
Los primeros puestos de cada categoría recibieron un premio de $ 30.000 (pesos argentinos) y los segundos
puestos, un premio de $ 10.000 (pesos argentinos). Hubo también Menciones Especiales, que recibieron bibliotecas personales facilitadas por Ediciones Santillana.
En ocasión del acto de entrega, la Coordinadora de proyectos de Fundación Santillana, Nilda Palacios, comentó que "la intención más importante del Premio Vivalectura es hacer visibles las acciones por promover la lectura en cualquier ámbito y respondiendo a la necesidad de cada comunidad. "La llegada del Premio a los rincones más alejados de la Argentina nos permite asegurar que somos muchos quienes apoyamos estas iniciativas", concluyó.
Este año se superó su récord histórico de inscripciones: se presentaron 467 proyectos de escuelas, bibliotecas, centros culturales, ONG, empresas y otros espacios sociales. El jurado reconoció 20 de esos proyectos por su originalidad, desarrollo, continuidad y posibilidad de replicación.
La docente Valeria Miriam Zaffaroni, de la Escuela Nro 1280 de Rosario, obtuvo el segundo premio en la categoría "Estrategias de promoción de la lectura en entornos digitales", por su proyecto "Los Dibu perdidos".
La idea apunta a fomentar buenas prácticas de lectura y escritura en alumnos de Primer Ciclo con situaciones de sobreedad, en un contexto de escasos recursos y con diversas problemáticas. Utiliza las historias de los dibujitos animados para llegar luego a la producción de un libro propio y la animación digitalizada de sus personajes.


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