Cuento. Chancho limpio
arios años atrás, un granjero muy pobre llamado Gilberto fue a una feria con la idea de comprar algún animal que sea muy barato. Allí, le ofrecieron un cerdo demasiado flaco y a muy bajo precio. Él no muy convencido decidió comprarlo igual. Cuando llegó a la granja, Gilberto llevó el cerdo a su corral y le dijo:
-¡Te pondré como nombre Patricio!- dijo Gilberto.
-¡No compadre! ¡Yo me llamo Perejil!- respondió el cerdo.
-Bueno a partir de ahora te nombraré así.- aceptó conforme el amo.
-¡Oiga!, me siento muy solo aquí porque no tengo compañeros y además no me agrada el lodo- protestó el animal.
-De acuerdo, te llevaré a un corral más limpio y con mucha compañía.
Una vez que Perejil ya estaba en su nuevo corral, no tan limpio, con compañeros, se dio cuenta que estos no sabían hacer lo mismo que él. Por eso, durante unos días el cerdo les estuvo enseñando a los otros animales a hablar y a comportarse como él. Los animales se habían acostumbrado a los hábitos humanos. Querían dejar el corral y mudarse a una casa, pero el granjero Gilberto no tenía el suficiente dinero para construirlas. A los animales se les ocurrió una idea: participar en un concurso para animales sabios, y en el caso de ganar el dinero, lo utilizarían para construir su casa. Después de unos días, llegó el momento de ir al concurso.
Este se basaba en que los animales debían contestar la mayor cantidad de preguntas correctas respondió fue el cerdo y pudieron ganar el premio, o sea el dinero. Todos muy contentos volvieron a la granja y Gilberto les pudo construir su propia casa, donde ellos podían higienizarse y estar cómodos. Poco a poco, fueron pareciéndose físicamente a los humanos, hasta que lo fueron por completo.
Y así vivieron por el resto de sus vidas teniendo como vecino a Gilberto.
Chancho limpio
Este cuento infantil fue escrito por Gianella Nieva, Agostina Pron y Selene Bernasconi de Cafferata, Santa Fe () a los 11 años de edad. El mismo fué ilustrado por Maylen Pocatino de Argentina ()