Feria del Libro Infantil y Juvenil Argentina con dos sedes
Bajo el lema "Cronopios a leer", en homenaje al centenario del nacimiento de Julio Cortázar y 50 de la publicación de "Rayuela", el evento literario destinado a niños y jóvenes que organiza la Fundación El Libro desde hace 24 ediciones se teñirá de aires renovados y más cercanos con la apuesta de expandirse por nuevos territorios y acercar la lectura cada vez un poco más.
Y todo esto porque el predio donde habitualmente se desarrolla la feria, el Centro de Exposiciones de la Ciudad, está en remodelación. La cuestión fue si tener un evento más pequeño o realizarlo en dos lugares a la vez: se impuso agrandarse, y el Dorrego abrirá sus puertas del 14 de julio al 2 de agosto, mientras que Tecnópolis lo hará del 16 al 3.
En diálogo con la agencia nacional de noticias, Martín Gremmelspacher, vicepresidente de la Fundación y presidente interino en éstos días por licencia de Gustavo Canevaro, explicó que "es la misma Feria de siempre con dos sedes", lo que conlleva para la organización "un gran esfuerzo institucional y todo un cambio, que bien vale la pena".
Ambos lugares funcionarán en forma similar pero independiente. Esto significa que las editoriales tendrán stands en uno u otro o en los dos, según su elección; también la programación (talleres, espectáculos, narraciones) será autónoma en cada una, aunque probablemente algunas actividades se repetirán por partida doble en cada escenario.
La gran novedad, su carácter gratuito, opinó Gremmelspacher, (en la última edición la entrada para adultos costaba 30 pesos), supone ampliar "el público que puede ir: al ser gratis se elimina una barrera de ingreso, lo que permitirá que venga mayor cantidad de gente", y también ese dinero que antes se destinaba al ingreso quizá ahora implique "una mayor venta de libros".
A la noticia de entrada libre para todos los visitantes, la complementa otra no menos central: la expansión de territorio -la ciudad porteña y la provincia de Buenos Aires-, hecho que para el evento literario significa la posibilidad de abrir nuevos horizontes, "estar más cerca de la gente".
En este sentido, el vicepresidente de la Fundación El Libro reivindicó que el encuentro literario tenga una sede en el límite con la provincia de Buenos Aires: "Preguntemos al padre del niño de Puente Saavedra o al de Pilar qué le queda más cerca; somos 14 millones de habitantes en todo el área metropolitana, hay gente para los dos lugares".
De hecho, los expositores recibieron muy bien la propuesta, porque "en estas vacaciones de invierno van a recibir una mayor cantidad de público y pueden elegir entre dos sedes o compartir dos lugares a la vez" y en este sentido graficó que, a modo de ejemplo, "el Ministerio de Educación de la Nación va a tener su stand dentro de Tecnópolis y El Dorrego".
Desde sus inicios, la feria se dirige a niños y jóvenes, a "los futuros lectores" y lo hace a través de una gran cantidad de propuestas, desde venta de libros (los hay para todos los gustos) hasta juegos, charlas, talleres, exposiciones, espectáculos musicales, narraciones orales e incluso un festival de historieta, que suele ser todo un éxito entre el público.
Y en esta línea, una vez más, la Feria del Libro Infantil y Juvenil "tiene como objetivo sembrar, y el hecho de que mayor cantidad niños y jóvenes vayan, le encuentren el gusto a la lectura, nos va a generar futuros lectores, que es a lo que apuntamos", resumió Gremmelspacher sobre este evento que recibe un promedio de 200.000 personas durante las vacaciones de invierno.
En esta oportunidad no llevará su número de edición (le correspondería el 24) porque se renovó y más que eso lo principal es agrandarse, invitar a mayor cantidad de niños y jóvenes a encontrarse con la lectura, ésta vez con la posibilidad de elegir entre dos sedes, Tecnópolis en avenida General Paz entre Balbín y Constituyentes o El Dorrego en Zapiola 50, barrio de Colegiales.