Cuentos cortos para noches largas

"El español es una lengua que viaja, que migra, que va con la gente, que existe y que sigue hablándose más allá de la frontera. Es una lengua que se hace más rica al caminar territorios, emigra, muta, se viste y desviste, se mezcla, gana lo que puede de otros idiomas", afirmó el escritor Sergio Ramírez durante la inauguración del VI Congreso Internacional de la Lengua Española en Panamá.
Las palabras del ganador del Premio Alfaguara por Margarita, está linda la mar (1998) reflejan el presente del español que con más de 495 millones de hablantes es la segunda lengua del mundo tras el chino en utilizarse -el español también es el segundo idioma de comunicación internacional luego del inglés. Cuando se trata de su presente en Estados Unidos, el panorama no es menos alentador: según el último censo, 36.9 millones de hispanos hablan el idioma, aunque no se tiene en cuenta a los 9.4 millones de inmigrantes ilegales latinoamericanos, con lo cual la cifra llega hasta 46.3, lo que coloca al país en el tercer lugar en utilizarlo, detrás de España.
Para que las cifras sigan con este panorama alentador, es vital la tarea de los maestros. Y esto es algo que ha hecho durante 40 años Olga M. Muñoz. Aunque nació en Cuba, desde hace décadas vive en Estados Unidos. Además de docente, Muñoz es escritora. Luego de Tocando fondo/ Al otro lado del camino (2008) y Poemas solo poemas (2011), ahora edita Cuentos cortos para noches largas, un libro que reúne su generosa dedicación a la enseñanza y la escritura del español.
Los poemas y relatos cortos de su nuevo libro amplían el conocimiento del español -en su decir y expresar- y expanden así la capacidad de imaginar, algo primordial para un niño.
"Malena es una burrita negra, con orejas blancas que vive en un rancho en un pequeño y apartado pueblo. Desde que nació ha sido la consentida del lugar por su pelo oscuro y suave, su andar elegante y su expresión sonriente, porque, ¡sí!, Malena parece que sonríe cuando la miras. Le gustan los dulces, la miel de abejas, el trigo y las galletas de chocolate", escribe la autora en el cuento titulado Malena.
Las formas breves para modelar los Cuentos cortos para noches largas no han sido caprichos de estilo. Mientras la rima del poema contribuye a mejorar las tácticas de memorización, ha explicado la autora, la narración tiene como objetivo que los niños recuerden los eventos en una secuencia:
"La Princesa, muy pensativa, salió al patio y pudo ver de cerca cuánta preocupación había en los pobladores y empleados del palacio. Silenciosamente caminó y caminó... caminó y se alejó ¡tanto, que sintió un gran cansancio y pesar por lo que le había dicho su padre! Abatida y triste se dejó caer sobre la hierba ahora reseca y marchita", narra en El pozo encantado.
Más allá de estas cuestiones técnicas, el libro de a M. Muñoz reúne historias ideales para disfrutar como si se estuviera jugando, mientras se aprende un idioma en una edad que, probablemente de todas las que el hombre deba vivir, es la más difícil de olvidar. (El nuevo Herald)

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