ASPACE desarrolla cuentos sin barreras

En una artículo publicado por Lujan Palacios, narra el trabajo de un grupo de educadores españoles para llevar cuentos infantiles a chicos con capacidades diferentes. De esta manera, Lujan explica "Muchas personas con parálisis cerebral controlan apenas una mínima parte de su cuerpo para poder comunicarse. Un grupo de trabajadores del Centro Ángel de la Guarda de ASPACE en Castiello no se resignan, sin embargo, a que no puedan disfrutar con algo tan común como los cuentos. Por eso, el equipo liderado por el educador Rafael Álvarez Fuente ha encontrado la manera en la que las nuevas tecnologías pueden ayudar a superar las limitaciones, por muy grandes que éstas parezcan al principio."
Luego continúa "Su trabajo para adaptar cuentos infantiles a pacientes con parálisis cerebral apoyándose en los nuevos soportes digitales les ha valido un premio en el II Concurso Nacional de Proyecto en Tecnología de Apoyo y Comunicación, organizado por la confederación ASPACE y patrocinado por la Fundación Vodafone España. El importe de este galardón, 12.000 euros, se invertirá íntegramente en la compra del material necesario para hacer realidad este plan, con el que muchos usuarios podrán acercarse por primera vez al mundo de las fábulas y los relatos."
El «Taller Interactivo de Cuentos Adaptados» va dirigido en principio a 60 usuarios, de los que un 70 por ciento tienen discapacidades motoras importantes. De hecho, muchos de ellos presentan tetraplejias, y apenas pueden moverse. Otros tienen mayores capacidades cognitivas, y por eso el proyecto se desarrolla en distintos niveles, para ayudar al mayor número de personas posible. Tal y como explica Rafael Álvarez, «el proyecto se establece en tres niveles: sensorial, para los más afectados; de habilidades básicas, para quienes tienen un retraso medio-bajo, y de nivel instrumental, para quienes tienen una menor afectación cognitiva». Todo ello, con el cuento de Caperucita Roja como base y con la idea de desarrollar otros cuentos diferentes en el futuro.
Partiendo de estos tres grados, el proyecto se sirve de pizarras digitales, proyectores y sistemas de sonido para exponer el cuento de forma «pasiva» en el caso del nivel sensorial, indica Xana Fernández, logopeda del centro. «Queremos que los usuarios experimenten el cuento a través de los sentidos, con sonidos, imágenes, el tacto e incluso olores y sabores», explica."

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