Ana María Shua en Escuelas Tucumanas
Ana María Shua nació con el don de la palabra. Y lo ejerce con tanta versatilidad que su nombre figura en casi todos los géneros. Su capacidad creativa va desde la poesía, la novela y los cuentos, hasta los microrrelatos, el ensayo, los textos infantiles y los cuentos populares. Además trabajó como guionista de cine, televisión y teatro.
Con esa misma versatilidad, Shua llega a Tucumán para presentarse en varias escuelas donde hablará de "Los jóvenes y la Literatura". En diálogo exclusivo con la publicación tucumana LA GACETA, la autora de "Los amores de Laurita", asegura que hoy se lee más que nunca, reivindica la saga de Harry Potter y enfatiza que las nuevas tecnologías son "una fiesta para la literatura".
- Los jóvenes de hoy ¿leen cada vez menos o leen de otra forma?
- Los chicos leen mucho porque los obligan en la escuela. Los que leen menos son los adultos. Y todos, grandes y chicos, leemos y escribimos constantemente en internet, ¡lo que es una novedad muy bienvenida!
- ¿Por dónde pasa el gusto literario de los jóvenes?
- Según cómo se interprete la pregunta. Supongo que si se trata de saber qué tipo de obra tiene más aceptación en la adolescencia, basta con conocer las venta de los best-sellers. Los jóvenes, igual que los adultos, prefieren los best-sellers extranjeros que llegan con mucha difusión mediática y además tienen algo que los atrae en especial y que yo desconozco porque no leí esos textos. Me refiero a la saga de vampiros románticos de "Crepúsculo", por ejemplo, o la de "Los juegos del hambre". La serie de "Harry Potter" (que sí leí en parte y me parece excelente) también es una opción infantil-juvenil.
- ¿Qué opina de los talleres literarios? ¿Le parece una buena aproximación a la literatura?
- Si yo hubiera empezado a escribir en esta época, seguro que hubiese buscado un buen taller. ¡Claro que son una buena aproximación! Hay todo tipo de talleres. Hay algunos donde se busca sobre todo la relación social con gente que tenga los mismos intereses. En otros se intenta formar a gente con talento literario y por cierto también hacen su aporte. Un taller no puede "inventar" un escritor de la nada, pero si alguien tiene posibilidades, ir a un buen taller (sobre todo al de otro escritor) durante un tiempo lo puede ayudar. Pero luego tendrá que despegar solo.
- ¿Las nuevas tecnologías están matando el goce literario?
- No, ¿por qué? Todo lo contrario. La literatura se expande de todas las formas posibles. Hace cien años, ¿qué porcentaje de los habitantes de este mundo eran analfabetos? Hoy la industria editorial está produciendo libros como nunca antes. El e-book avanza a través de los lectores electrónicos, que son un invento maravilloso. Internet nos permite acceder a muchos libros que antes no se conseguían (casi todos los clásicos están on line). Para mí, las nuevas tecnologías son una fiesta para la literatura y un festín para los lectores.
- ¿Qué opina del nivel de lectura de nuestra sociedad?
- Se lee más que nunca; se lee de otro modo. La desaparición del "libro de lectura" permitió el ingreso de la literatura infantil en las escuelas, lo que me parece maravilloso. En nuestro país (y no pasa en todas partes) el libro tiene un lugar muy especial entre los ideales de la gente. Incluso los que no leen y quizás nunca leerán, tienen respeto y reverencia por los libros. Por supuesto que podría leerse más y mejor y, en ese sentido, los Planes Nacionales de Lectura están haciendo un trabajo interesante. Pero no me gusta mucho dar una opinión sobre cuestiones estadísticas, que en realidad no son opinables: hay o debería haber números para saber qué está pasando. Yo no tengo datos precisos.
- ¿Cómo fue la experiencia de incursionar en la literatura infantil luego de haberse dedicado exitosamente a la adulta?
- Fue excelente, puro disfrute. Debo decir que yo entré a la literatura infantil por razones económicas. A fines de los 80 estaba tratando de dejar de trabajar en publicidad cuando empezó este movimiento hacia la literatura infantil y Sudamericana, la editorial que me publicaba, decidió crear un Departamento de Literatura Infantil que puso en manos de Canela. En la literatura infantil descubrí un mundo fascinante, con sus propias reglas, del que no quise irme nunca.
- ¿Qué tiene que tener un libro para atrapar a un lector joven?
- Yo no escribo ni sé mucho de literatura juvenil. Para mí, un chico de más de doce años es un adulto joven y no hay por qué darle literatura "especial", de algún modo premasticada; ya puede y debe leer cualquier cosa y sería muy bueno que leyera simplemente literatura, sobre todo en nuestro país, cuando tenemos tantos autores jóvenes de alta calidad literaria. Otro tema es la literatura infantil; los chicos sí necesitan un tipo de literatura especialmente pensada para ellos. Y para atraparlos, hay que recordar que los chicos tienen un vocabulario limitado, no formado su pensamiento lógico, y, sobre todo, menos experiencia de vida. Salvadas estas cuestiones, lo que les gusta es lo mismo que nos gusta a todos: historias divertidas, plenas de fantasía, o bien historias fuertes, verdaderos conflictos dramáticos.
- ¿Qué recomienda a los chicos que sueñan con ser escritores?
- Tienen que leer mucho, por supuesto; pero no porque yo lo recomiende: si no sienten el placer loco y feroz de la lectura, es que no van a ser escritores. Deben saber que no hay chicos que sean escritores de verdad, tendrán que ser pacientes; hay algunos casos, pero en general es muy difícil que alguien surja como escritor antes de los veinte años. No piensen que lo que no les sale ahora no les va a salir nunca (así pensaba yo cuando tenía diez años, y me desesperaba porque no sabía narrar). Y llegado el momento van a tener que escribir mucho, ser autocríticos, desechar, elegir y presentarse a concursos. Ése fue, al menos, mi camino.
(La Gaceta)