Nueva web de la Biblioteca Nacional Argentina

Cuenta con una estructura moderna que inaugura también los sitios virtuales del Museo del libro y de la lengua y de la biblioteca digital Trapalanda -con más de 6.000 documentos-, y que permite un acceso más amplio y ágil para sus visitantes.
"Este es un momento fundamental de la Biblioteca Nacional y de su historia contemporánea: durante mucho tiempo se reclamó el pasaje al mundo digital y lo estamos haciendo de una manera donde los legados y todos sus tesoros estén en condiciones de ser difundidos de una manera más amplia", subrayó el director de la institución, Horacio González.
Por su parte, Parodi se refirió al "desafío que es el mundo digital", a "la resistencia de algunos lugares de pasar al plano virtual", al tiempo que aseguró que este "es un momento hermoso, una etapa nueva extraordinaria de la Biblioteca.
"Esta Biblioteca está dando siempre que hablar de nosotros y está dando que pensar, en qué volver a pensar", agregó la ministra, quien recordó que su primera visita en esa función fue a la institución por "el valor y el significado tremendo que tiene para mí este espacio".
Pasado el mediodía en el edificio de Agüero 2502 aquello que parecía una utopía lejana, la de digitalizar una enorme cantidad de archivos y facilitar la entrada a los lectores remotos en la web, se convirtió en realidad, en un acto de lanzamiento encabezado por la ministra y el director de la Biblioteca Nacional, entre otros funcionarios.
Es que el nuevo sitio virtual merece ser celebrado: no sólo se trata de un diseño moderno y más rápido para sus lectores, con ítems que pueden ser visualizados en línea y descargados (desde exlibris hasta audiovisuales), sino que además se pone a la altura de grandes bibliotecas al organizar su acervo y acciones en una estructura integrada, que anima a universalizar su ingreso.
Una de las novedades es la incorporación de la biblioteca digital Trapalanda, que reúne publicaciones antiguas, 21 incunables, archivo audiovisual y sonoro, documentos fundacionales (como los de las invasiones inglesas), mapas, manuscritos y revistas, entre otros tesoros, de los cuales algunos hasta el momento estaban reservados a investigadores o acreditados.
Al contrario, Trapalanda -alojada en un repositorio virtual de software libre que utilizan numerosas bibliotecas virtuales del mundo- puede ser vista por todos: su nombre viene de una tierra mí­tica y ensoñada en la que la biblioteca se inspiró como en una utopía, "la de la puesta en acceso digital de todos sus fondos", contó González.
Y sobre la biblioteca digital, Parodi incentivó: "Cuéntenla, provoquen que se frecuente Trapalanda, ella guarda los sueños y tesoros del país profundo que somos y que queremos seguir siendo".
En la página web, Trapalanda comparte protagonismo con otros tres botones principales más (todos ellos integrados en el mismo dominio), uno general de la institución, otro del Museo del libro y de la lengua, y un tercero del catálogo unificado de los títulos y documentos, una sección que también fue actualizada el año último.
Además, la web se suma a la red de bibliotecas latinoamericanas e iberoamericanas y mejora el acceso para los usuarios más frecuentes, como lo son los investigadores y bibliotecarios, con dos apartados especiales con información sobre acervo, convocatorias, encuentros, publicaciones, entre otra secciones con información de consulta.
"Esta página intenta dar cuenta de todo el trabajo desarrollado en los últimos años, darle visibilidad y mayor claridad, con un espacio integrado", dijo a la agencia nacional de noticias, Ximena Talento, del departamento de comunicación, quien comentó que en la esfera digital se registran hasta ahora unas 1500 visitas diarias y unos 48.000 seguidores en Facebook.

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