Ciruelo en la Feria del Libro Infantil de Buenos Aires

Ciruelo tiene en la feria un stand propio, donde presenta sus últimas producciones y otras que no se encuentran en Argentina.
Después de 10 años regresando a Buenos Aires desde Barcelona, donde vive, para participar de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Buenos Aires, finalmente hizo pie en este encuentro librero infantil y juvenil, una iniciativa autónoma que lleva adelante en familia y con amigos editores.
Ciruelo escribe, ilustra, edita y distribuye sus propios libros, en el stand 171 del porteño Centro de Exposiciones su esposa Daniela acomoda el material que trajeron de España, algunas ediciones especiales que no hacen en el país.
El resto -`printers`, pósters, cuadernos de viaje y pequeños libros con cuidadas tapas- los hace imprimir aquí.
Su último libro, "Infinito interior", reúne imágenes con muy poco texto, "se trata de las producciones de los últimos seis años que recorrieron Argentina", señala el autor a la agencia de noticias Télam mientras acomoda varios volúmenes sobre los caballetes que rodean el stand.
Se refiere a sus `petrocriptos`, figuras fantásticas que pinta sobre piedras guiado por la textura de la superficie, y `formacriptos`, fotos que interviene con la misma lógica, siguiendo las líneas de la toma original inventa seres fantásticos.
"El gran libro del dragón" hace acto de presencia en el stand, sus pinturas llevan cerca de 25 años reeditándose en más de 30 lenguas.
Tomos de por medio ubica con cuidado "Hadas y dragones. El arte de la magia" -el colorido de la portada contrasta con el monocromo de los lados- donde humanos con seres mitológicos y etéreos emprenden una aventura de autoconocimiento ancestral.
En Argentina el ilustrador trabaja codo a codo con los sellos Dilonet y A4, "un amigo se encarga de las publicaciones en el país -indica-, y como no podemos importar, imprimimos las ediciones que podemos aquí".
En el stand también están sus hijos, que investigan con entusiasmo las historietas del local contiguo: "aprendí a trabajar muy autónomo, malas experiencias con grandes sellos me llevaron a autoeditarme", un proyecto que hace más de 15 años realiza con su pareja y que lo instaló con éxito en un circuito internacional de ferias que incluyen "Alemania, Italia, Francia y Estados Unidos", su mayor mercado.
"El hecho de ser independiente me permite ser muy libre a la hora de crear. Mis libros, textos e ilustraciones no tienen ningún tipo de requerimiento externo, son personales, eso hace que mi arte sea muy auténtico, algo extraño de que le suceda a artistas jóvenes de historieta y fantasy", consigna.
Si bien "la autoedición da mucho trabajo, se compensa con la libertad creativa, por ejemplo acá tenés un cuaderno de sueños y otro de viajes -señala-, son una clase de libros de dibujos blanco y negro con pequeños textos donde trato de condensar un concepto muy personal, no es un libro continuo".
Por estos días Ciruelo escribe la contraparte de "Hadas y dragones", donde desarrolla un concepto que le interesó "desde siempre", reseña.
Los dragones de la cultura sajona y el mundo celta lo hicieron conocido en todo el mundo, pero en este libro le da vuelo a su fascinación por las culturas precolombinas.
"Son sorprendentes las similitudes que existen entre el mundo celta y el mapuche, maya o inca -se entusiasma-, la fuerte conexión de esas culturas ancestrales en su raíz y su respeto sagrado por el universo y la naturaleza".
"Había una relación del ser humano con la naturaleza -valora- un profundo conocimiento de las especies animales con las que se convivía, a las que consideraban espíritus sagrados que cumplían un rol muy específico en el universo".
¿Cómo surgen estas historias? "Después de años de dibujar, las historias se terminan contando, cada pintura, cada dibujo que hago, son una escena de una historia mayor que crece y va revelándose en mi cabeza", sentencia.

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