Editoriales se unen en la Feria de Buenos Aires

La participación conjunta en la 38 Feria Internacional del Libro será la primera acción del colectivo "Libros para atesorar", que reúne los catálogos de seis pequeñas editoriales independientes, caracterizadas por su calidad y un acercamiento siempre singular hacia los más pequeños.
Para Raquel Franco, de Pequeño Editor, esta reunión con otros cinco sellos -Del Eclipse, Iamiqué, Kalandraka, Libros del Zorro Rojo y Arte a babor- apunta a "buscar nuevas alternativas para mejorar la visibilidad de editoriales de similar envergadura y cuyos catálogos son afines, complementarios y con criterios de calidad iguales".
En diálogo con la Agencia de noticias Télam, la editora subrayó que "el libro tiene un concepto que va más allá de lo comercial. Cada una de las editoriales tiene un acercamiento singular al género infantil y simultáneamente les gusta la idea de que se vaya construyendo una biblioteca".
La envergadura de cada sello requiere de otro para competir en las librerías y en el interior, "porque aunque algunas llegan a todo el país, lo hacen con dificultades", explicó Franco y dijo que Pequeño Editor, está marcado por la ilustración.
"Este es un sello de carácter autoral, creado por autores no por editores, y siempre tratamos que en nuestros libros haya espacio para la experimentación en lo gráfico o lo literario, que haya un cruce interesante de los lenguajes".
"Con la cabeza en las nubes", uno de los títulos de ese sello, se trata de fotografías de nubes en que cada uno de los ilustradores (15 en total) dibujaron los que ellos se imaginaban, y otras fotos de nubes para que los chicos dibujen y además suman un dossier informativo acerca de cómo se forman o cuánto pesan.
Carla Baredes, una de las fundadoras de Iamiqué e impulsora de esta iniciativa del colectivo, es una física que incorporó esta disciplina en la literatura infantil: "La idea fue hacer un libro de ciencia divertido para los pibes y lo tomamos como un desafío".
"Encontramos algo que gustaba a los pequeños lectores, que era un estilo de informar, ahí nos animamos con las ciencias sociales y tenemos una colección, por ejemplo, llamada "Las cosas no fueron siempre así", con títulos como `La historia de la medicina` o de la imprenta`.
"Nos ubicamos en el libro informativo o libro de divulgación para satisfacer la curiosidad de los chicos, indagar en los saberes previos -apuntó-. Tratamos de ordenar bien la información, que el lector no se pierda ni se aburra en la lectura y que las ilustraciones se involucren con el tema".
Según Baredes, la edición de cada libro "lleva mucho tiempo" y estas editoriales quedan fuera de "la vorágine de sacar novedades mensuales".
"Esto nos da un lugar interesante en el mercado, pero no podemos atender la demanda por falta de estructura; no perder identidad, fortalecernos entre todos y darnos algunos gustos, algo imposible solos, son algunos de los objetivos de este colectivo".
Kalandraca es un sello español que Iamiqué representa en la Argentina y "Libros del Zorro Rojo", es un sello hecho por argentinos en España, ambos se han sumado a este colectivo.
Silvia Sirkis, de Arte a babor, identificó el sello como "una editorial bastante joven, nacida en 2008, chica pero con muy buena repercusión".
Sin embargo hay algunas acciones comerciales que la hacen inviable, "por eso la posibilidad de este colectivo nos permite crecer y asentarnos en el mercado".
Como su nombre lo adelanta, el sello se dedica exclusivamente a libros de arte para chicos y preadolescentes: "Todo lo que tenga que ver con sensibilizar a nuestros pequeños lectores con el patrimonio que los rodea; tratamos de trabajar con obras que los chicos pueden visitar utilizando un vocabulario sencillo pero riguroso en el contenido".
Entre los títulos figura el libro "A Benito le gustan los barcos", una aproximación a la obra de Quinquela Martín, y "El misterio de la bailarina", basado en un cuadro de Degas que está en el Museo de Bellas Artes.
Desde la mayor editorial de este nuevo grupo, Del Eclipse, Itsvan Schrittere dijo a Télam que empezaron con libros de texto pero al tiempo decidieron dirigirse a la literatura infantil, "lo primero fue una colección de teatro, una apuesta valiente sobre algo que no hubiera en el mercado".
"Después en 2003 seguimos con los libros álbum, donde texto e imagen funcionan inseparables para construir la historia, cada uno de los discursos del libro porta significados que son sustanciales para la compresión y ya tenemos 43 títulos", indicó.
"Se agrega una colección dirigida a los más pequeños y otra de tango para chicos, en la que ilustradores hacen la interpretación de la letra en dibujo", completó el editor.
"Las temáticas son variadas, así como los formatos: hay libros enormes y otros pequeñísimos. Y el hecho de que texto e imagen sean inseparables es el eje que los unifica a todos", recalcó.
Refiriéndose a la literatura infantil, Schrittere opinó que hay un crecimiento "interesante" y que "podría haber una selección mayor de los materiales".
En ese sentido, "las editoriales chicas se ven obligadas a hacerlo y eso es bueno porque no hace falta que todo salga", señaló.
El editor resaltó además la cantidad de buenos ilustradores que hay en el país y "una calidad de edición muy superior a la de años atrás".
Con respecto al avance del libro digital, Schirettere estimó que "no hay una competencia, sigue habiendo un buen lector aunque la presencia de la pantalla sea fuerte. No soy apocalíptico ni pienso que va a desaparecer el libro de papel", sentenció.

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