Una Noche Mágica en el Mundo del Sur

Una Noche Mágica en el Mundo del Sur sta es la historia de Juancito un niño de 10 años que sin saberlo está por conocer un mundo lleno de magia y encanto, pero ¡cuidado! , el mal está por aparecer...
El reloj ya estaba por dar las 22 hs y Emilia la madre de Juancito le dijo: -Juanci, ya son casi las diez, hora de dormir. Al oír a su madre, el niño se estremeció sin saber bien porqué, siempre había algo que lo inquietaba a la hora de ir a la cama. Pero como era su costumbre, le hizo caso a su mamá y primero fue al baño, luego se cepilló los dientes y ya en su habitación se puso el pijama donde se acomodó en su cama.
Al instante entró su madre para darle el beso de las buenas noches, Juancito aprovechó para decirle: -¡Mami no apagues la luz! -Pero Juanci - , dijo la mamá, tenés diez años ¿no tendrás miedo a la oscuridad, o si? -no mami, solo le tengo miedo a las sombras que aparecen en la pared - , dijo Juancito en vos baja ¿Cuales sombras Juanci? Son solo sombras que se reflejan de los árboles del jardín - , le dijo su madre La mamá le dio otro beso, apagó la luz y se fue de la habitación. El niño estaba tapado hasta la nariz, sólo sus grandes ojos asomaban mirando hacia la pared del cuarto. Desde su ventana se filtraba la luz de la luna, y esta pegaba fuerte contra la pared formando un manto blanco. El niño estaba un poco inquieto y no podía dormir. Cuando estuvo a punto de cerrar los ojos, un reflejo en la pared lo sobresaltó; pensó que era la sombra de una rama del árbol del jardín. Pero de repente la sombra reapareció y esta vez para quedarse y formar una figura muy extraña, nada parecida a la rama de un árbol.

La sombra estaba inmóvil, parecía la figura de una personita de un metro de estatura, algo barrigona y se notaba que traía un enorme sombrero. De repente saludó con la mano, haciendo un dibujo en la pared, A esta altura Juancito, ya tenía mucho miedo y siguió tapado hasta la nariz. La sombra extendió un brazo y con su dedo escribió una palabra en la pared :
- ¡HOLA! Nuestro muchachito no podía creer lo que estaba sucediendo, pensaba, "estaré soñando"; tomó coraje y dijo despacito: -hola. Entonces la sombra escribió en la pared: - ¿COMO TE LLAMAS?
-Juancito - , dijo el niño con mucho miedo.
-¿TENES MIEDO? - , escribió la sombra.
-Si - , respondió el niño.
-¿PORQUE? - , volvió a preguntar la misteriosa figura.
-Porque sí - , dijo sin saber que responder el niño.
- ENTONCES ME VOY PORQUE NO QUIERO ASUSTARTE. -, escribió la sombra.
Cada vez que esa misteriosa figura terminaba de escribir algo en la pared, y el chico lo leía, las palabras se desvanecían misteriosamente. -No, ya no tengo miedo - , dijo finalmente. Cuando terminó de decir eso, la sombra dibujó una puerta en la pared y escribió en ella. ME LLAMO KRIPO, SOY UN ELFO, BUEN MAGO DEL MUNDO DEL SUR, TE VINE A BUSCAR, PORQUE LA BRUJA BUENA ME DIJO QUE VOS NOS PODRIAS AYUDAR A RECUPERAR A NUESTRA HADA. UNA BRUJA MALVADA LLAMADA NEFASTA, LA TIENE ESCONDIDA EN SU CASTILLO.
El niño terminó de leer lo que Kripo había escrito y no podía creer lo que estaba pasando, sólo pudo responder:
-Pero solo soy un niño chiquito.
-SI - , respondió la sombra -PERO EN MI MUNDO PUEDES SER MUY GRANDE Y FUERTE
-Esperá un minuto - , dijo Juancito.
El pequeño se levantó de la cama y prendió la luz de su velador, pero en ese momento la figura desapareció de la pared.
-¡Uy! - , exclamó el nene. Apagó la luz del velador y la sombra volvió a su lugar. Haciendo morisquetas, todo sin pronunciar sonido alguno, la figura extraña jugaba haciendo figuras en la pared, mientras Juancito se apuraba por encontrar su vestimenta. Se puso su ropa deportiva, unos botines con tapones de acero que usaba en rugby, unas rodilleras, un casquito protector en la cabeza y luego se acercó con un poco de miedo a la pared, cuando estuvo lo suficientemente cerca dijo:

- ¿ y ahora qué? En ese momento Kripo señaló la puerta. El niño acercó la mano al picaporte con temor . La puerta comenzó a abrirse. Juancito retrocedió y observó la luz intensa que salía de ella, casi no lo dejaba abrir los ojos, cuando éstos se acostumbraron a la luz, el pequeño pudo ver un bosque muy verde, con muchas flores de color. De repente apareció la figura de Kripo, ahora en todo su esplendor, luciendo colores intensos. Era un duende o elfo bajito como otros los llaman, que usaba botitas negras, unos pantaloncitos verdes muy cortos y una camisa blanca bordada con flores. Su cara era muy gordita, con grandes ojos azules y orejas en punta, traía el enorme sombrero que Juancito había visto reflejado en la pared.
Kripo le hizo señas para que entre, el niño comenzó a caminar, metió un pié por la puerta mágica y siguió con su pierna, hasta pasar todo su cuerpo. Ahora se encontraba del otro lado de la puerta, en un bosque hermoso e iluminado por dos soles. Uno grande y uno pequeño que estaba debajo, la hierba era de un verde intenso y muy suave. Todo tenía mucho color y generaba un estado de intensa alegría.
-¡Hola, hola - , gritó Kripo sonriendo y saludando al niño.
- Hola soy Juancito.
-Si, si ya lo sé - , dijo el duende y no paraba de reír.
-Pero, ¿que lugar es éste? - , preguntó el niño.
-Es el Mundo Mágico del Sur - , le dijo Kripo.
-Pero ¿dónde queda? - , preguntó extrañado.
-Al sur de tu cama, ¡ ja,ja, ja ¡ - , reía el elfo
-¿Al sur de mi cama? - , preguntó el niño.
- Claro - , respondió Kripo.. - cuando te acuestas, tu cabeza ¿hacia adonde apunta?
-Hacia el norte -dijo Juancito.
¿Y tus pies? - , preguntó el duende.
- Mmm hacia el Sur - , dijo el pequeño.
-Ja, ja, ja,ja viste. Hacia el sur... por eso se llama El Mundo Mágico del Sur.
Juancito hablaba con el duende pero no perdía tiempo, sus ojitos no paraban de mirar todo a su alrededor, nada era normal. Las flores parecían bailar con el viento, los conejitos que pasaban por el lugar paraban para observar al niño y reían, los árboles tenían ojos y también reían, todo era tan diferente a lo que él conocía. En ese momento el árbol que estaba justo delante el niño, extendió una rama y arrojó volando a un pequeño elfo, que cayó cerca suyo.
- Ay ay - , gritó el pequeño duende.
- Uffff Krentin, ven para que te presente a nuestro amigo -, dijo Kripo. El pequeño duende se acercó dando tumbos y cuando llegó hasta el niño le dijo:
-Hola y le extendió la mano El pequeño se la dio y notó que tenía una mano muy pequeña y suave.
-Me llamo Krentin y soy aprendiz de mago - , dijo el pequeño elfo.
-Si, si Krentin, -, replicó Kripo, todavía te falta mucho para ser mago. El niño aún no salía de su asombro cuando miró hacia el este y vio que el bosque empezaba a perder color. Todo en ese lado era más gris, entonces preguntó a los duendes: -¿por qué ese lado es tan triste y feo?
- Porque Nefasta, la bruja, quiere ser la reina y gobernar en las sombras. Tiene en su castillo encerrada a nuestra hada, creadora de la luz del mundo
-¿Un hada? - , preguntó Juancito.
- Si y necesitamos que nos ayudes a rescatarla. - , le dijo Kripo.
¿Tienen armas? - No, pero te tenemos a vos - , dijeron los dos duendes. Juancito los miró con temor y les dijo:
-Quiero irme a casa. Los duendes dejaron de reír y sus caritas comenzaron a ponerse tristes. -Bueno dijo Kripo - , ven te llevaré a la puerta.
Comenzaron a caminar y Juancito se sentía culpable y al mismo tiempo estaba enojado por sentir miedo. El niño puso su mano en el hombro de Kripo deteniendo su paso y le dijo:
-Si ustedes me ayudan, yo me quedo.
-¡Siiiii! - , gritaron los elfos entusiasmados.

-Viva Juancito, viva Juancito - , gritaban mientras hacían una ronda alrededor del niño.
-¿Ustedes tienen algún poder? -, preguntó el niño
-En tu mundo si... tenemos el poder de controlar y crear sombras, pero aquí sólo tenemos nuestras varitas para hacer pequeños trucos.
-Yo no tengo ningún poder - , dijo el niño.
-Sabemos que no tienes poder en tu mundo, pero aquí si - , contestaron los singulares amiguitos. - ¿Cuál es el poder que tengo? - , preguntó Juancito.
- No lo sabemos, eso habrá que descubrirlo cuando llegue el momento - , contestó Kripo.
El niño quedó un poco preocupado, pensaba en la bruja malvada y en como la iban a enfrentar.
-Y ustedes ¿saben que poderes tiene Nefasta? - , preguntó el niño.
-Si te toca con su varita, ella te puede quitar la felicidad y dejarte con el corazón triste - , dijeron los duendes.
El muchachito valiente no dejaba de pensar en la bruja. Se sentía pequeño y débil para enfrentarla, tenía mucho miedo. Empezaron a caminar en dirección al castillo de Nefasta, y todos los árboles de los alrededores los saludaron dándoles gritos de apoyo, mientras agitaban sus ramas. Todos los animalitos corrieron a despedir a los tres.
Mientras caminaban hacia el castillo, Krentin no dejaba de alardear acerca de sus poderes.
-¿Quieres que te muestre lo que puedo hacer con mi varita? - , le decía Krentin.
-Bueno - , dijo el niño. El elfo sacó la varita y la agitó en el aire. De repente una lluvia de estrellas cayó sobre él, despojándolo de sus pantaloncitos, exhibió entonces unos hermosos calzoncillos rojos con corazones blancos.
-Je, je, je - , reía a carcajadas Kripo. Te dije que no eres mago todavía, guarda esa varita. Juancito tampoco pudo contener la risa cuando vio al pequeño duende en ropa interior. Kripo agitó su varita y en un segundo Krentin tenía unos pantaloncillos nuevos.
A medida que se iban acercando al castillo, todo el paisaje se volvía más y más gris, la tristeza se iba apoderando del bosque. Ahora ya podían ver el castillo en la colina. Era una fortaleza negra y escalofriante, donde no crecía el césped, todo era oscuro y amenazador.
Los elfos ya no reían, y en sus ojos se notaba el miedo, pero por raro que parezca Juancito estaba tranquilo y no sabía porqué. Los elfos notaron eso y siguieron caminando con cuidado y con los ojos muy abiertos por lo que pudiera aparecer.
-¿Y cómo vamos a rescatarla? - , preguntó el niño.
- Dicen que la tiene en un sótano - , respondió el menor de los elfos. Lentamente siguieron su marcha hasta que llegaron a las cercanías del castillo, el viento había cambiado.Ahora el frío invadía los alrededores, no se oían pájaros, no había flores, todo era árido, estaban en los dominios de la malvada. Se encontraron con una gran puerta de hierro ante ellos.
No podían entrar por ahí, porque Nefasta los descubriría. Siguieron caminando, mientras rodeaban el castillo y encontraron un hueco pequeño en una de las paredes. Los tres aventureros entraron en silencio. Todo era viejo y estaba impregnado de humedad.De las paredes colgaban cuadros antiguos de la familia de Nefasta. En ninguno de los cuadros se podían apreciar los rostros de las personas, habían sido cortados con algo filoso, todo estaba cubierto por el polvo de los años, daba la impresión de estar en una casa abandonada.
A lo lejos se escuchó una risa diabólica, no quedaba duda alguna, Nefasta estaba cerca. Los tres pequeños se apresuraron a buscar a Angélica, pero de repente y sin darse cuenta Krentin tocó un jarrón y este fue a dar contra el suelo, rompiéndose en mil pedazos y haciendo un ruido estrepitoso. Ahora la risa de Nefasta se dejó escuchar.
-Creo que estamos en problemas - , dijo Kripo. .
-¿Y que hacemos? - , preguntó Juancito.
-Todos a esconderse - , exclamó Kripo.
El elfo mayor se escondió debajo de un mueble antiguo, Krentin se ocultó detrás de un gran sillón y Juancito debajo de la mesa, ya que de la misma colgaba un mantel que lo ocultaría perfectamente. En silencio aguardaron lo peor, la llegada de Nefasta. Se escucharon pasos, se hacían cada vez más sonoros, por la puerta se vio la silueta delgada de una mujer, que tenía el cabello muy negro y largo. Sus brazos eran huesudos y traía un vestido largo que hacía juego con un sombrero en punta., su rostro era muy pálido y sus ojos tenían una mirada siniestra.
El niño pudo observarla desde donde se encontraba. Era la mujer más horrible que había visto en su vida, quiso llorar pero se contuvo. Sabía que si la bruja los descubría sería su fin. Nefasta empezó a olfatear el aire como lo hace un animal en busca de su presa.
-Mm que raro huele aquí, huele a niño. Imposible a que niño se le ocurriera venir a mi casita. - Que bien huele, ideal para comerlo en la cena. Ja,ja,ja - , reía la bruja, mientras daba media vuelta y se alejaba del lugar.
Los tres pequeños respiraron aliviados.
-Vamos sigamos buscando a Angélica, que quiero irme de este lugar horrible - , dijo Juancito alterado.
En ese momento una luz azul apareció delante de los tres y una figura de mujer se reveló ante ellos.
-Es la bruja buena - , dijo Krentin.
-Siempre me llamas bruja, ¿Por qué no me llamas por mi nombre o no lo recuerdas?
-Si Evelyn lo recuerdo - , dijo el elfo -¿Evelyn que haces aquí? - , le preguntó Kripo
-Vengo a avisarles que Angélica está en el sótano. Vayan por la puerta que está delante de ustedes, pero tengan cuidado, hay una bestia malvada cuidando a nuestra hada, y yo no les puedo ayudar, porque dentro del castillo no tengo poderes.
La idea de una criatura cuidando la celda, sobresaltó a los tres pequeños héroes. Delante de ellos estaba la puerta en cuestión, tenía un cerrojo enorme y estaba bien cerrada.
-¿Cómo la abriremos? - , dijo Juancito
-¿Alguien tiene alguna llave? - , preguntó Kripo. Todos metieron sus manos en los bolsillos y sólo Juancito sacó una diminuta llave.
-Esta es la llave de mi alcancía, donde guardo mis monedas.
- Pruébala - , susurró Krentin.
El niño acercó la llave al cerrojo y ésta encajó perfectamente en la cerradura, luego giró y los tres empezaron a empujarla suavemente. La puerta comenzó a abrirse muy despacio. Una escalera iluminada con dos antorchas era todo lo que pudieron encontrar en el lugar, pero era el camino que los conduciría hacia Angélica.
Empezaron a bajar lentamente, el lugar no era para nada bonito, todo era lúgubre y húmedo, ahora podían ver dónde terminaba su viaje. Abajo, justo en el último escalón, como centinela, una enorme serpiente se encontraba enrollada amenazante.
-Miren eso - , dijo Juancito
-¿Que haremos? - , preguntó Krentin.
Juancito como hipnotizado siguió bajando la escalera... escalón por escalón.Se acercaba cada vez más a la serpiente. Los elfos no lo pudieron detener y ahora el niño se encontraba a unos pasos de la criatura.
-Juancito -, regresa aquí.
Pero el niño parecía no escuchar nada. Cuando faltaba solo un escalón, estiró su mano hacia el reptil y este se echó hacia atrás para tomar envión y atacar al muchacho. Pero despues de unos segundos la serpiente se quedó inmóvil. El niño acarició al reptil y éste se enroscó en el brazo del niño. Kripo y Krentin no podían creer lo que veían sus ojos, y los dos dijeron al unísono:
-¡Este es el poder de Juancito!
Luego la serpiente se acomodó confiada rodeando el cuello del niño. Entonces Juancito les habló a sus amigos:
- Ya pueden bajar, no tengan miedo.
Los dos pequeños bajaron y cuando llegaron, éste les dijo:
-Se llama Kara y es la serpiente guardiana, pero ahora es nuestra amiga.
Kripo y Krentin se animaron a tocar al temdo animal y éste les respondió su saludo con dos movimientos de su cabeza. Ahora podían ver, donde encarcelaban a Angélica. Era una puerta sin cerradura. ¿Cómo iban a entrar? El niño apoyó su mano en la puerta. Unas pequeñas y fugaces estrellas chocaron contra la madera que comenzó a crujir suavemente. ¡Juancito estaba abriendo esa puerta enorme con sus poderes ocultos! Adentro estaba Angélica, encadenada. Era un hada hermosa, de largo cabellos dorados. Su vestido era de un blanco luminoso y tenía dos alitas transparentes en su espalda.
-¡Vinieron a rescatarme! - , exclamó Angélica. Pero tengan cuidado, Nefasta está cerca, puedo sentir su maldad. - , manifestó. Los dos elfos ya habían sacado sus varitas y las agitaron dos veces diciendo unas palabras:
-¡Minerva abre, Minerva ya! y las cadenas que ataban a Angélica se rompieron.
- Gracias - , dijo ella -Ahora salgamos de aquí cuanto antes. Pero no había terminado de decir esas palabras, cuando escucharon la risa malvada. Al darse vuelta observaron la figura horrible de Nefasta, que estaba bloqueando la puerta y sostenía su varita negra en la mano derecha.
- Ja, ja ¿adonde piensan ir? - , dijo la bruja. Nadie contestó. La bruja levantó la varita amenazando a todos. En ese momento Juancito se abalanzó sobre Nefasta y la abrazó. Nefasta se puso colorada y empezó a chillar.
-¡Me quema, me quema! - , gritaba la bruja. Juancito no la soltaba.
De repente, Nefasta comenzó a chillar más fuerte y un humo negro se empezó a desprenderse de ella. Juancito la soltó y corrió hasta donde estaban sus amigos. La bruja se estaba transformando en cenizas, igual que un vampiro expuesto al sol. Lo último que Nefasta dijo fue:
-¡Volveré! Y luego desapareció.
Todos estaban muy contentos, pero no por eso menos apresurados. Iban caminando rápido hacia la salida del castillo, mientras con sus ojitos miraban por todos los alrededores. Ya estaban por salir del castillo, primero salió Krentin, seguido de Kripo, luego Angélica, que iba volando y por último Juancito.
Justo antes que nuestro héroe saliera del castillo se dio media vuelta, porque creyó oír una risa lejana. Miró, hacía atrás pero no vio nada. Entonces murmuró:
-¡Hasta nunca Nefasta!
Angélica no tenía poderes dentro del castillo, pero fuera de él si. Juntó a los tres héroes y les dijo:
-Muchas gracias por arriesgarse y salvarme, nunca olvidaré vuestro gesto y en recompensa le daré un poder especial a cada uno.
-Tú Kripo, serás nombrado Rey Mago de las Sombras y podrás controlar a voluntad a todas las sombras, dándoles poder y vida.
- Krentin tu a podrás ser mago ya, pues siempre lo quisiste.
-Y Juancito, a ti te regalaré algo especial. A partir de este momento, te nombro protector del Mundo Mágico del Sur y te otorgo el poder de la invisibilidad.
-Ahora volvamos a casa - , dijo Angélica. Movió su varita y los cuatro empezaron a elevarse por el aire, ahora estaban volando como pájaros y regresando al bosque encantado.
Pero antes de seguir Angélica se dio vuelta mirando el triste paisaje alrededor del castillo y dijo:
-¡Vegetalis arboreoum!
Y miles de estrellas se desprendieron de sus alas. Todo lo que antes era gris comenzó a cambiar y tomar color, la hierba creció, los árboles ya tenían hojas y frutos, las flores bailaron con el viento y se aproximaban pájaros, que venían volando desde lejos.
Todos gritaron de alegría. En ese momento Juancito se despertó sobresaltado y se incorporó. Tenía puesto su pijama y se puso triste, al pensar que solo había tenido un sueño.
Unos minutos después, entró la madre a su cuarto y le preguntó:
-¿Porque pintaste esa pared?
Con el corazón acelerado, Juancito vio dibujada en la pared una hermosa flor con sombrero. Y entendió lo que había pasado.

FIN

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Sobre el Autor

Raúl Rustan, de Argentino

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