Fábula. La Zorra y el Gato
ace tiempo,un gato se encontró en un bosque con la señora zorra, y pensando: «Es lista, experimentada y muy considerada en el mundo», Se dirigió a ella en estos términos:
- Buenos días, mi estimada señora zorra. ¿Qué tal está su señoría? ¿Cómo le va en estos tiempos difíciles? La zorra, llena de orgullo, miró al gato despectivamente de pies a cabeza, y estuvo un buen rato meditando si valía la pena contestarle; pero, al fin, dijo:
- ¡Oh, mísero lamebigotes, necio muerto de hambre, cazarratones, ¿qué te ha pasado por la cabeza? ¿Cómo te atreves a preguntarme si lo paso bien o mal? ¿Qué has aprendido tú, vamos a ver? ¿Cuántas artes conoces?
- No conozco más que una -respondió el gato modestamente.
- ¿Y cuál es esta arte tuya? - preguntó la zorra. - Cuando los perros me persiguen, sé subirme de un salto a un árbol y de este modo, me salvo de ellos.
- ¿Y es eso todo lo que sabes? -dijo la zorra-. Pues yo domino más de cien tretas, y aún me queda un saco lleno de ellas. Me das lástima; vente conmigo y te enseñaré la manera de escapar de los perros. En aquel momento se presentó un cazador con cuatro mastines. El gato, veloz, saltó a un árbol y se sentó en la copa, bien oculto por las ramas y el follaje.
- ¡Abra el saco, señora zorra, abra el saco! -gritó desde arriba; pero los canes habían hecho ya presa en la zorra y no la soltaban.
- ¡Ay!, señora zorra -prosiguió el gato-, con sus cien tretas la han atrapado. ¡Si hubiera sabido trepar como yo, habría salvado la vida!
La Zorra y el Gato
Esta fábula fue escrita por Esopo de Grecia (). La misma fué ilustrada por Camila Esteban de Argentina ()