Leyenda. Flor del Ceibo
n la tierra de los guaraníes, no existía una mujer más hermosa que Anahí. A ella le encantaba usar muchos collares y pulseras, como también recorrer los pequeños arroyos que desembocaban en el Paraná. En uno de sus tantos paseos fue descubierta por un soldado español.
Anahí recordaba que esos hombres blancos eran malos y crueles con los guaraníes.
Asustada, pensando que podía ser capturada, le disparó una flecha. Cayó el soldado herido de muerte, mientras Anahí corría para escaparse de ese lugar. Los demás soldados, que no estaban lejos de allí no tardaron en descubrir lo que había sucedido y atrapar a la joven para someterla a un horrible castigo.
De esta manera, la ataron fuertemente a un árbol, rodeando su cuerpo con varias cuerdas, mientras ella intentaba zafarse. Luego buscaron ramas por los alrededores, y apilándolas al pie del árbol, les prendieron fuego.
Las llamas no demoraron en surgir desde el suelo, la joven estaba condenada a morir quemada. Una vez que lograron su cometido, los soldados se alejaron. A la mañana siguiente, algo había sucedido. El árbol que había unido su destino al de la bella muchacha no mostraba rastros del fuego. Lejos de esto, se veía verde y frondoso, con vistosas flores rojas que lo hacían más distinguible.
El amor de Anahí por el lugar donde vivía, se transformó en un nuevo árbol, que ahora embellece el paisaje.
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Flor del Ceibo
Esta leyenda es de origen anónimo. La misma fué ilustrada por Fátima Maida de Argentina () y narrada por Germán Alvarez, también de Argentina ()
Contamos con una narración de esta leyenda, te invitamos a escuchar nuestra versión de Flor del Ceibo, en la voz de Germán Alvarez de Argentina (), que ya fue reproducido anteriormente 20,064 veces.
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