Poesía. La Hechicera
n una profunda cueva, una hechicera habitaba, que con pócimas y embrujos a todo el bosque hechizaba. A los pajarillos, sus bellas alas quitaba. Y para moverse, los pobres, por el suelo caminaban A los insectos, con sus embrujos, muchas alas les brotaban. Y al no saber manejarse contra las ramas se daban Nadie osaba protestar, y mucho menos quejarse. Pues con sus perversas artes a todo el bosque asustaba. Así pasaban las horas, días y meses pasaban. Y la hechicera, contenta, con sus trastadas seguía. Pero hartos un buen día los animales pensaron que probar su medicina, la hechicera debería para que así, supiera entonces, como ellos se sentían. Sin más dilación se fueron a la cueva esa mañana.
Unos reptan torpemente, otros tratan de volar pero con decisión y coraje la cueva van a alcanzar. Entran suavemente en ella, tratando de no hacer ruido. Pues la malvada hechicera, duerme entre enormes ronquidos. A la olla de las pócimas se acercan con precaución, y una taza rebosante llenan con aquel licor. A la bruja se lo dan muy despacio y sorbo a sorbo. Para que el efecto surja, tienen que esperar un poco.
Mas de pronto todo ocurre, y la bruja al despertar tiene dos, no, cuatro piernas que no paran de bailar. Sus brazos en cuatro alas se acaban de transformar que mueve arriba y abajo sin poderse controlar. La bruja asustada cae, y sollozando comprende, que no se debe hacer mal simplemente porque quieres. Pues el mal que uno hace contra nosotros se vuelve. Si haces bien, con bien se paga. En cambio si usas el mal ten por seguro que éste contra ti se volverá.
Y si no quieres creerme oye a continuación lo que la hechicera hizo al aprender la lección. Sus hechizos retiró, las pócimas destruyó, y el bosque entero, feliz, desde ese día vivió.
La hechicera desde entonces, su magia sólo empleó en ayudar a los otros. Y la recompensa llegó, todos los animalitos la querían de verdad, y ella correspondió queriéndoles por igual.
Así termina esta historia cuya moraleja es: Si haces el bien siempre, a la larga sumarás muchos amigos y amigas que por siempre te querrán, y este es el mejor tesoro que jamás podrás soñar.
La Hechicera
Esta poesía fue escrita por Mapy Martínez Benítez de Las Palmas de G. C. - España (). La misma fué ilustrada por Mila Marcos de Madrid, España ()