Silvia Schujer

Silvia Schujer es una de las principales autoras argentinas y sus obras recorren diferentes estilos, formatos y públicos. Con tantos premios y distinciones como libros editados, Schujer es uno de los apellidos que no puede faltar en la biblioteca de una casa.
Actualmente, se encuentra en un impasse de escritura aunque cuenta con dos textos empezados. Uno, corresponde a la saga de los Lucas (componen esa saga: Lucas duerme en un jardín; A Lucas se le perdió la A; Eso que Lucas se trajo de un sueño, etc). "El otro es una obra de teatro que estoy pergeñando en coautoría con mi compañero Vicente Muleiro. La obra no es para chicos (es lo único que puedo adelantar porque no hablo de lo que escribo hasta no terminarlo)" nos explica la escritora.

¿Cuál es la repercusión de Maleducada en los adultos y en los millennials?
La repercusión de Maleducada es fantástica entre los adultos. Son los adultos (en su mayoría gente ligada a la educación) los que me cuentan las reacciones de sus jóvenes alumnos. A unos y a otros (especialmente a los primeros, porque hay un componente nostálgico en los cuentos) apenas leen el libro les vienen -como una tromba- cantidad de recuerdos de su infancia en la escuela. A muchos (pero muchos de verdad) les dan ganas de compartirlos.

¿Cómo funciona tu conexión entre la música y la literatura?
Bueno. Yo no soy música. Toco un poco de oído piano y guitarra nomás. Y es de oído como hice algunas composiciones. Básicamente yo escribo. Los poemas que se convirtieron en canciones, en su mayoría fueron intervenidos musicalmente por otros: por mi hijo, por Julieta Szewach; por Mariana Baggio, etc. Lo que sí puedo decir es que mi formación de infancia fue musical y es posible que al escribir (especialmente poesía) esté muy atravesada por la necesidad de que las palabras contengan un ritmo y una sonoridad muy marcados.

¿Cómo ves la actualidad de la literatura para chicos en el contexto del país y en la puja con las nuevas tecnologías?
La literatura para chicos, a pesar del país, de las políticas culturales diezmadas, del cierre o achicamiento de editoriales, a pesar -incluso- de las exigencias de corrección política que se le pide al género, sigue dando algunas buenas sorpresas. Es posible que no siempre se publique todo o lo mejor que hay en danza (me refiero aquí a que hay autores noveles que aún no han podido publicar), pero el género sigue dando textos y propuestas muy valiosas. Con las nuevas tecnologías hay que convivir indefectiblemente. Lo mejor que podemos hacer es sacarles todo el provecho posible para que -no en contra sino con ellas- acerquemos a unos y otros el placer por la lectura. Si es de literatura, mejor.