La vaca intergaláctica
abía una vez una vaca llamada Manuela, que tenía una casa en medio del espacio exterior. A ella le gustaba comer tomates galácticos y lechuga estelar.
Cuando cumplió 12 años se fue conocer las playas de Marte. Como se divirtió mucho viajando, después de un tiempo, decidió conocer las islas de Plutón y ya que estaba se dio una vueltita por la tierra, allí visitó a su hermano Tadeo, que vivía en un gran campo. Este le enseño a comer pasto verde y jugoso, que es lo que comen los rumiantes en la tierra.
Luego siguió viaje y fue a visitar a su mamá, que era habitante de Saturno, ésta le regaló uno de los anillos del planeta como recuerdo y le contó que sus abuelos vivían en Júpiter. Como ella era muy coqueta se puso muy bonita, se pintó los labios y fue a visitarlos.
Contenta de haber visitado a toda la familia, volvió a su casa para cuidar su quinta de tomates, que ya habían crecido mucho y necesitaban ser cosechados.