Feria del Libro de Quito 2017

La X Feria Internacional del Libro FIL Quito 2017, dedica un espacio muy especial para que los más pequeños echen a volar su imaginación.
Tras enormes puertas de cristal, un ambiente de fiesta de las letras recibe a los pequeños con diversas actividades como la Giranduteca, biblioteca que funciona bajo el lema: Prohibido no tocar.
Mesas y pequeñas sillas multicolores complementan una sala, donde las familias acuden a compartir cuentos y los padres desbordan la magia contenida en las obras, hasta llevar a sus hijos a castillos de princesas o batallas épicas, en las que el bien siempre vence al mal.
Aquí se impulsa el disfrute de leer, afirmó a la agencia Prensa Latina Alicia Ovalle, de la Asociación del Libro Infantil y Juvenil, una organización sin fines de lucro que labora por estos días en la X edición de la feria.
Según explicó, la idea es promocionar la lectura de muchas maneras, desde talleres para maestros e infantes.
'Es muy bueno, pues son los propios niños quienes escogen, en la mayoría de las ocasiones, que leer y hasta se muestran alegres cuando ven en esta biblioteca al alcance de todos, obras que en sus colegios los maestros les pidieron analizar', comentó.
Así, como para demostrar la veracidad de sus palabras, Anita, de siete años, llegó de la mano de su madre y compartió 'Gabichuela y el país de los estornudos', mientras Marco conoció a 'Los Hermanos que cosechaban cuentos de hadas'.
Un Maratón del Cuento convoca a leer en alta voz, con la ayuda de docentes con experiencia, la Ruleta de Adivinanzas incita a interactuar y un Laberinto de Palabras le permite a los pequeños adentrarse en un recorrido en el que encontrarán diferentes juegos literarios, desde trabalenguas hasta las retahílas.
La gran mayoría de los textos que hojean o leen en su totalidad, los pueden encontrar afuera del pabellón, comprarlos y llevarlos hasta su casa.
'Este año hemos cumplido nuestra misión y estamos felices de ver familias unidas en torno a un libro y adolescentes sentados por todo el salón con libros en sus manos. Escritores, ilustradores y poetas intercambian con los niños y en sus propias voces leen las obras, eso es algo increíble', añadió Ovalle.
Mucho movimiento, grandes pancartas, colores y una amplia gama para satisfacer todos los gustos y a todas las edades, se puede encontrar en la fiesta literaria de Quito, pero sin dudas, la magia llega cuando se abren las puertas del Pabellón Infantil y se escucha, desde todos los rincones, las risas o el asombro de los niños, cuando viajan y conocen el mundo.
Fuente: Prensa Latina

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