Andruetto habló sobre la formación de lectores

María Teresa Andruetto es una de las princiales referentes hispanoamericanas en materia de literatura infantil y juvenil. Ganadora del premio Hans Christian Andersen, la narradora, docente y poeta cordobesa es una de las personalidades más destacadas de la cultura argentina en la actualidad. En la edición digital del diario La Nación podemos encontrar una extensa entrevista de Daniel Gigena donde recorre varios temas vinculadoas a la formación de lectores del que queremos acercarles unos extractos.
Vale saber que en 2015, la Andruetto publicó Los manchados (Literatura Random House) -novela que integra una serie con otras ficciones suyas, como Tama y Lengua Madre- y La lectura, otra revolución (Fondo de Cultura Económica), que agrupa textos sobre literatura para niños, la lectura como un derecho universal, mediadores culturales y la literatura como factor de libertad. Además, la autora modera el blog www.narradorasargentinas.blogspot.com.ar y codirige la colección Narradoras Argentinas de la editorial Eduvim, junto con Carolina Rossi y Juana Luján. En esa colección se publicaron libros de Elvira Orpheé, Amalia Jamilis y Andrea Rabih, entre otras escritoras cuya obra merece conocerse más y mejor.
Sobre la Formación de Lectores Andruetto comenta "La literatura necesita de la industria para vivir y creo que es importante que haya una fuerte industria nacional del libro, pero uno no tiene que olvidar que el libro es al mismo tiempo un objeto del espíritu y una mercancía, y ahí está la capacidad del docente de seleccionar qué da a los lectores. Es diferente del que lee sólo para sí. Yo insisto, pensando en un maestro o un profesor: uno se puede equivocar, de hecho lo hace, y el camino se hace de esas cuestiones erráticas, pero un docente se debe ver a sí mismo como alguien responsable de lo que decide traspasar, no un mero repetidor de lo que otro dice. Creo que por ahí pasa el centro ideológico de la cuestión; después, cuantas más lecturas tengo, mejor lector soy. Hay caminos para expandirlo, pero hay que ser sujeto de lo que se hace, no un conductor de algo que viene de otros y que así otro piense por uno, ya sea editoriales, el Estado, los equipos. Todas nuestras opiniones deben pasar por el tamiz de lo personal, y así nos permitimos traspasar a otro cierta cosa de lo que recibimos. Basta con tener buenos libros, procurarse buenos momentos de encuentro y poder sostenerlo en el tiempo. Con esas tres cosas, un niño se puede convertir en un lector."
Además, al ser consultada por el rol de la Escuela en ese circuito manifiesta "Creo que donde hay un lector es porque siempre hubo otro lector antes que abrió. La familia no siempre está, pero la que siempre está es la escuela. Todos pasamos por la escuela, y ahí sí hay una oportunidad de construir y de abrir una puerta que puede ser fundamental para la vida de alguien. Hablamos de buen lector o hablamos de literatura: hay varias concepciones de literatura, puede ser aquello que leemos y abre en nosotros un estado de interrogación, de volvernos sobre nosotros mismos, ayudando a abrir un camino hacia lo propio, entendiendo lo propio como lo más individual, lo profundo y lo social, el contexto en el que uno vive y se desarrolla. Es lo que dice Clarice Lispector acerca del escribir, pero se aplica también a cuando se lee con profundidad: "El largo camino hacia la propia cosa". Convertirse en un lector así es convertirse en una persona más consciente de sí y del lugar que ocupa en el mundo, el contexto donde vive, la condición de vida, y entonces se va poniendo más crítico."

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